Mamsha La inspiración en la creatividad, puede encontrarse cerca de casa

La inspiración en la creatividad, puede encontrarse cerca de casa


Por Víktor Valverde.

Partamos la discusión con un hecho: la inspiración no es un tema divino ni espontáneo; la inspiración, para quien la encuentra, la encontrará trabajando, investigando o moviéndose. Esta es una idea que varios profesionales en el campo de la producción audiovisual, la arquitectura, el diseño o la publicidad, han profesado desde hace un tiempo ya. Pero también con el paso del tiempo se ha creado una idea de que se debe de viajar a lugares remotos, a otros continentes o simplemente aislarse, para encontrar esa idea, ese insight que nos permita avanzar con nuestros proyectos creativos. El Festival Internacional de Diseño en su sexta edición nos enseñó que en muchos casos, esta afirmación es falsa, que la inspiración como tal, se encuentra en nuestro quehacer cotidiano, esperando ser relevante o descubierto.

Esto no fue una ley para todos los expositores pero si fue un elemento reiterativo en varios de ellos. Un caso llamativo es el de Marian Bantjes de Canadá. La artista gráfica se destacó por el uso de materiales distintos para innovar en el diseño de tipografías. Estos materiales e ideas las obtuvo mayoritariamente de su casa, de elementos que recogía de la calle o simplemente tenía almacenados en el ático de su hogar en una isla alejada de centros urbanos. Su técnica se innova a partir de observar su entorno y convertirlo en parte de sus proyectos.

Pero la creatividad aparece en forma de necesidades también, necesidades que deben de ser saciadas ya sea a nivel personal o a nivel social, donde el segundo camino da una probabilidad de mayor impacto para el proyecto que se desarrolle. Bajo esta lógica de trabajo aparecen ideas como la de Ti Chang, fundadora de Crave, una compañía de juguetes sexuales. La diseñadora industrial vió la necesidad de que los consoladores y otros aparatos similares, dejaran de ser aburridos, repetitivos o tan estándar como los que ella había visto toda su vida. Detectó una necesidad de hacer de la experiencia sexual, algo más divertido y a la vez más especial por lo que inició la compañía. Aquí atacó un problema que no es únicamente personal sino que afecta a toda la población sexualmente activa, ahí es donde radica su éxito.

La ausencia de algo en las personas que nos rodean puede ser una motivación suficiente para desarrollar una gran idea. Al menos así fue para el grupo de 51-1 de Perú, cuya arquitectura y proyectos se desarrollaron bajo la lógica de dar a las personas más colores, más verdes, arcoiris y árboles en sus obras. No importa si es una escuela, un restaurante o la remodelación de un parque, la necesidad de contrarrestar la aridez, lo desértico del paisaje peruano, generó una motivación en su quehacer.

En muchos casos a nivel latinoamericano, se intenta emular las tendencias de diseño gráfico, la vestimenta o la arquitectura que proviene de los países más desarrollados y nos sentamos a observar a Europa o Estados Unidos, con la fe de encontrar algo que valga la pena. Pero Freddy Mamani rompe de raíz con esa lógica y genera dentro de la arquitectura boliviana, una fricción (positiva en este caso), con lo que se había hecho en esa disciplina en el país andino. Su inspiración viene de sus raíces indígena y sus formas y colores provienen de su gente de sus costumbres, por lo que su obra termina siendo particular e imposible de no ser reconocida. El tener claridad en su yo interior e intentar destacar los elementos más llamativos de ello, lleva a Mamani a marcar una diferencia y a la vez, a tener un barril de inspiración que difícilmente tenga fondo.

Es importante sentarnos a rastrear quienes somos y que parte de nuestra historia personal queremos contar al mundo cada vez que desarrollamos una idea, indistintamente de la disciplina que desempeñamos. El conocernos y recordar de dónde venimos puede ser en muchos casos, inspiracionalmente supremo a sentarnos a observar ideas ajenas a nuestro entorno nacional o regional. No confundamos esto por un momento: el mantenerse informado debe ser una tarea cotidiana y es importante saber que realizan en Dinamarca, Australia o China, los líderes en nuestros campos creativos. Pero de nada sirve imitar estas tendencias por revolucionarias que sean, pero si es útil entender la dinámica mental necesaria para haber llegado a esas ideas. Ya lo dijo el filósofo Ralph Waldo Emerson: “la imitación es un suicidio”, por lo que siempre la inspiración que venga de lo personal es más seguro que lo que viene de lo ajeno.


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