El pequeño poder de la publicidad.
En una discusión entre colegas, salió a destacar el premio monetario de las campeonas del Mundial Femenino de Fútbol este mes. Su premio es casi 25 veces menor que el que reciben los ganadores del Mundial de Fútbol Masculino de FIFA. Los dos torneos pertenecen a la misma categoría de una misma empresa y sin embargo sus premios pertenecen a universos completamente distintos. Varias personas, argumentaban que se debía a que los patrocinadores pagaban una pauta más alta por visibilizarse en el mundial masculino, esto a su vez, aumentaba el alcance que podía tener en televidentes la señal del mundial. Todo es cíclico y recíproco; a más dinero, mayor inversión y se llega a más personas. Entre más personas se llegue, más se podría cobrar a las marcas interesadas ¿Pero qué sucedería si la publicidad elige qué deportes o actividades visibilizar?
Si pensamos en un mundo “ideal”, la publicidad podría elegir impulsar deportes alternativos. La liga nacional de fútbol femenino, los juegos deportivos nacionales o incluso actividades artísticas como danza, teatro o conciertos de grupos musicales emergentes en la escena costarricense. Las marcas presentarían una alternativa, al invertir en patrocinar estas actividades. Al existir la inversión, existiría interés de los medios por su cobertura o inversión, y si ya existe, aumentaría el esfuerzo de los mismos por hacer llegar estas prácticas a más y más audiencia. Se invierte el orden de las cosas como han funcionado. Se tendría un aumento en los estadios en los partidos de fútbol femenino o mayor asistencia a bares donde nuevas bandas se están presentando.
Todo lo anteriormente expuesto funciona dentro de una dinámica que podemos catalogar de “idílica”, pero es un punto de partida para cuestionar nuestro funcionamiento como publicistas dentro de la sociedad y el poder que se adquiere, al poder incentivar no únicamente al público a consumir un producto, sino también a las marcas de volver a ver hacia dónde no lo habían hecho antes. Probablemente, no se alcance que todos los premios sean igual de importantes, pero sí una apertura de espacios y oportunidades a nuevas prácticas para ver, compartir y disfrutar. Ese es el no tan pequeño poder y deber que tiene la publicidad en la actualidad.
@soyViktorconKa